Los equipos de trabajo apáticos, desintegrados y mal organizados, son un ‘cáncer’ que termina por aniquilar la productividad de las organizaciones y, por consiguiente, su competitividad en el mercado.
Para evitar este panorama, Marisol Espino, directora de Excellence Capacitación Ejecutiva, comparte con los lectores de Potencial PyMEs, algunos consejos básicos para armar equipos de trabajo de alto rendimiento. ¡Toma nota!
1. Comunicación. Es el factor clave de éxito organizacional. Debe ser hacia todos los niveles y ser clara, precisa, sencilla y sobre todo real. Con esto evitamos la especulación, el “radio pasillo”, las malas interpretaciones y un ambiente laboral ineficiente. Se recomienda permitir a los colaboradores externar sus opiniones y comentarios.
2. Juntas de trabajo. Hay que realizar reuniones periódicas con todo el equipo (supervisores, gerentes, directores ejecutivos y jefes de área), para conocer avances laborales y conocer experiencias de cada colaborador. Recuerda enmarcar estas juntas en una “escucha activa”. Al término de la junta, haz una minuta para vigilar el cumplimiento de acuerdos, promesas, acciones, propuestas, etcétera.
3. Supervisión. El rol que juega el Supervisor en toda organización es de apoyo, colaboración, impulso, integración, motivación, enfoque en objetivos y metas, así como un filtro entre Gerencia y/o Dirección respecto al personal a su cargo. Un Supervisor que solo da órdenes y presiona con una marcada línea de “nivel de puesto” anula la apertura del personal para expresarse, hacer que las cosas sucedan de acuerdo a los planes de la empresa ya que nunca será lo mismo una “orden u obligación” que el consenso estratégico. De ser el caso, se recomienda replantear la actitud de los Supervisores hacia sus colaboradores.
4. Gerencia. Se sugiere a la Gerencia realizar en medida de lo posible sondeos o entrevistas “aleatorias” con el personal de todas las áreas y niveles jerárquicos. El objetivo es preguntar cómo se sienten y detectar posibles focos rojos o áreas de oportunidad.
5. Equidad. Como líder de equipo jamás debes mostrar favoritismo por ninguno de tus colaboradores. Esto genera confusión y sólo desintegra al equipo. En muchas ocasiones los equipos de trabajo están divididos por sus propios jefes inmediatos, esto solo resta, no suma y obstaculiza el crecimiento. Hay que ser objetivos, profesionales y mostrar equidad con cada persona es lo recomendable evitando así, que cualquier situación salga de control.
6. Jerarquía. El cargo o nivel jerárquico es indispensable para cuidar que las normas, lineamientos procesos y políticas se cumplan conforme lo establece la empresa. Recuerda que la jerarquía no da poder, da responsabilidad y compromiso para ser mejores cada día, una actitud de “poder” o “autoritarismo” es desgastante para los subordinados, frustra cualquier intención de desarrollo y crecimiento, genera conformismo, apatía y realmente graves problemas en la organización.
7. Empatía. La empatía entre compañeros de trabajo es de suma importancia. No se trata de ser amigos entrañables, sino que haya un trabajo armónico y que exista cordialidad, aceptación de la diversidad, respeto, apoyo y colaboración.
8. Trato Humano. La experiencia empresarial nos lleva a reconocer que ya no funciona tratar a los empleados como empleados, la tendencia es el trato humano, digno, comprendiendo que nuestro “empleado” tiene emociones y una vida personal. Resulta importante el trato humano en la organización, nadie es mejor que nadie como ser humano, todos contamos con virtudes y talentos, éstos son los que hay que maximizar, no los errores o tropiezos, estos se hablan, se corrigen, para finalmente minimizarlos.
9. Compromiso. Hay que generar compromisos individuales y grupales. Las personas comprometidas en un alto porcentaje cumplen lo acordado y se esfuerzan por lograrlo, no así las personas presionadas; éstas actúan con miedo al fracaso, a los resultados del mismo creando como mecanismo de defensa ante la presión la evasión que resulta en interminables excusas del por qué no cumplieron.
10. Resultados. Una vez que se involucró al personal, se le comprometió con confianza, conocimientos, herramientas y existió una aceptación por ambas partes, existe todo el derecho de revisar los “resultados” si estos son los esperados no se debe postergar la felicitación, premio, incentivo o reconocimiento.